A España sólo se le pronostica una solución y es la intervención total del sistema económico; otra solución es alargar la agonía para no deteriorar más nuestro sistema desvovado. Esta sería la única alternativa para no dejarnos caer.
Si se llegara al extremo fatídico, nada deseado, de que nos dejaran caer, se plantearía un dilema diabólico; o sea, elegir hacia donde se prefiere ir: a las ascuas o a las brasas -estructura china o arábica-.
A España le han ofrecido la posibilidad de rescate. Ahora el tiempo se ha acabado, se debe de aceptar el rescate. La estructura sociopolítica española no tiene resortes como para resurgir de su propio undimiento.
Un rescate sólo de la banca sería otro nuevo error -por decir algo-. El rescate debe de ser integral.